lunes, 1 de mayo de 2006

Memorias de una Geisha: Drama y romance


Hace ya un par de semanas se estrenó en Lima una de las películas más ganadoras en la última entrega de los premios Oscar, “Memorias de una Geisha”, dirigida por Rob Marshall, nominado al mismo premio por la película Chicago.

La película basada en el libro del mismo nombre, de Arthur Goleen, es vista desde la perspectiva de Chiyo (Zhang Ziyi), una chica, que a los nueve años, fue vendida a una casa de geishas en el Kyoto de los años 30’s. Ahí, ella aprende a convertirse en una geisha y a tener independencia y seguridad en sí misma y en sus capacidades. Hatsumomo, la geisha principal de la casa, siente celos de Chiyo y abusa de ella en cada oportunidad que tiene.

Eventualmente, Chiyo toma el control de su propio camino, y se convierte en la rival de Hatsumomo, lugar que tenía antes Mameha, la geisha más famosa del lugar, hasta ese momento. Bajo la tutela de Mameha, Chiyo se convierte en Sayuri, la geisha más importante de toda la nación, requerida en todas las áreas, desde conversaciones hasta bailes, siendo cautivadora para todos los hombres, especialmente con El Director (Ken Watanabe), por el cual siente un especial cariño desde que era una niña y comenzaba su entrenamiento.

Desarrollada durante la segunda guerra mundial, vemos a Japón con sus problemas y como Sayuri tendrá que volver al pasado para poder confrontar el presente y ser feliz.

“Memorias de una Geisha” es una película llena de romance sutil y delicado. Las situaciones dramáticas y la narración desde el punto de vista de Sayuri, llevan la tensión y la emoción necesaria, para que el espectador se identifique y se comprometa con la historia, maravillosamente contada.

Las actuaciones están a la altura de la película. Una joven y talentosa Zhang Ziyi, demuestra que ya está totalmente lista para las grandes ligas del cine y trabajar en películas como “El Tigre y el Dragón”, “Héroe” o “La Casa de las Dagas Voladoras”, la hacen tener un currículo extraordinario, digno de una estrella. Ken Watanabe se consolida como uno de los actores más carismáticos del oriente y con un talento extraodinario, ganándose el cariño de los productores y directores norteamericanos.

Las escenografías, fotografía y vestuarios son perfectos, totalmente justos en los premios que ha recibido hace pocos meses. El tratamiento oriental que tiene la película, el ritmo calmado pero ágil, con movimientos de cámara lentos y una edición calmada, hacen de esta cinta algo muy agradable a la vista. Por otro lado, la música del genial John Williams, nos transporta a un país como Japón, que tiene en su cultura y costumbres, su atractivo más grande.

La dirección de Rob Marshall es parecida a la Chicago, una edición y un tratamiento casi musical, con mucho movimiento coreográfico y una concepción de la época y el lugar muy estudiado.

En general, “Memorias de una Geisha” es una gran película y demuestra una vez más, que las películas basadas en una cultura tan fuerte como la japonesa, siempre son agradables e interesantes, ya sea directamente traída de Japón, o sea una superproducción hollywoodense.

2 comentarios:

Comidas Saludables dijo...

excelente película... muy bien realizada: la fotografia, escenografia, maquillaje, vestuario, direccion artistica.... muy bonita visualmente...... y las actuaciones, precisas :D

Anónimo dijo...

Very pretty site! Keep working. thnx!
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