La primera película peruana estrenada comercialmente en lo que va del año es La Gran Sangre, prometedora cinta nacional dirigida por Jorge Carmona, que lleva a la gran pantalla a una de las miniseries más exitosas de la televisión peruana.
La película nos muestra a La Gran Sangre, conformada por el Dragón (Carlos Alcántara), Tony Blades (Aldo Miyashiro) y Mandril (Pietro Sibille), quienes siguen luchando contra el mal en el Perú, siendo los justicieros del pueblo, y matando a diestra y siniestra a los que cometen delitos dentro del Perú.
La presa de esta película es el Rocha, un narcotraficante mexicano, que viene al Perú para hacer un movimiento muy grande de droga, que se llevará a cabo en la selva. Salvándose de morir muchas veces, La Gran Sangre luchará en Lima y en la selva, intentando destruir el plan del Rocha, quien está acompañado por un equipo de gente dispuesta a todo.
La película es un traslado de la serie al cine, igual de entretenida, igual de buena. Me llena de alegría ver que el cine peruano haya apostado por un género como el de acción, siendo muy complicado de realizar, por lo complejo de los efectos especiales. Si bien la economía de nuestro cine no llega a multimillonarios presupuestos, esta cinta ha invertido mucho dinero y mucho esfuerzo, por lograr que las cosas salgan bien, y lo ha logrado.
En lo que respecta a la historia, hay algunos momentos (al igual que la serie) en que todo es jalado de los pelos, como ver una lucha cuerpo a cuerpo del Dragón con veinte maleantes y sacándose el polo para luchar, o ver escenas de animación con los personajes haciendo malabares imposibles para la realidad, pero que como detalle, quedaron muy bien en la cinta. Definitivamente, lo positivo supera lo negativo, y es para aplaudir la iniciativa de entrar en la acción, demostrando que se puede hacer este cine en nuestro país.
Lo más resaltante de la cinta es la comedia. Tony Blades se lleva las palmas con su humor de barrio, con la química que tiene con Mandril y la personalidad que emana con cada escena en donde aparece. La caracterización de Pietro Sibille, metido en el personaje de Mandril y siendo muy gracioso en todas sus acciones. Y Carlos Alcántara, místico, pasivo, bondadoso pero serie, hace del Dragón un líder.
Espero de todo corazón y mi amor al cine me hace decir esto, que el cine peruano siga haciendo muchas más películas de este tipo, que los géneros no nos limiten y que la economía no nos detenga de contar buenas historias y de tener buenas realizaciones. Recomiendo esta cinta así como recomiendo todas las películas peruanos, porque mal que bien, siempre es bueno disfrutar de nuestro cine.
La película nos muestra a La Gran Sangre, conformada por el Dragón (Carlos Alcántara), Tony Blades (Aldo Miyashiro) y Mandril (Pietro Sibille), quienes siguen luchando contra el mal en el Perú, siendo los justicieros del pueblo, y matando a diestra y siniestra a los que cometen delitos dentro del Perú.
La presa de esta película es el Rocha, un narcotraficante mexicano, que viene al Perú para hacer un movimiento muy grande de droga, que se llevará a cabo en la selva. Salvándose de morir muchas veces, La Gran Sangre luchará en Lima y en la selva, intentando destruir el plan del Rocha, quien está acompañado por un equipo de gente dispuesta a todo.
La película es un traslado de la serie al cine, igual de entretenida, igual de buena. Me llena de alegría ver que el cine peruano haya apostado por un género como el de acción, siendo muy complicado de realizar, por lo complejo de los efectos especiales. Si bien la economía de nuestro cine no llega a multimillonarios presupuestos, esta cinta ha invertido mucho dinero y mucho esfuerzo, por lograr que las cosas salgan bien, y lo ha logrado.
En lo que respecta a la historia, hay algunos momentos (al igual que la serie) en que todo es jalado de los pelos, como ver una lucha cuerpo a cuerpo del Dragón con veinte maleantes y sacándose el polo para luchar, o ver escenas de animación con los personajes haciendo malabares imposibles para la realidad, pero que como detalle, quedaron muy bien en la cinta. Definitivamente, lo positivo supera lo negativo, y es para aplaudir la iniciativa de entrar en la acción, demostrando que se puede hacer este cine en nuestro país.
Lo más resaltante de la cinta es la comedia. Tony Blades se lleva las palmas con su humor de barrio, con la química que tiene con Mandril y la personalidad que emana con cada escena en donde aparece. La caracterización de Pietro Sibille, metido en el personaje de Mandril y siendo muy gracioso en todas sus acciones. Y Carlos Alcántara, místico, pasivo, bondadoso pero serie, hace del Dragón un líder.
Espero de todo corazón y mi amor al cine me hace decir esto, que el cine peruano siga haciendo muchas más películas de este tipo, que los géneros no nos limiten y que la economía no nos detenga de contar buenas historias y de tener buenas realizaciones. Recomiendo esta cinta así como recomiendo todas las películas peruanos, porque mal que bien, siempre es bueno disfrutar de nuestro cine.
2 comentarios:
la verdad esperaba un mejor análisis de la película, solo es un consejo superficial de lo que pasa, le hecho de ser película hecha en nuestro paìs no significa que tengamos que verlas obligadas, he allí el problema, como decia Frank Pérez Garlan en un blog, la etiqueta de Pelicula Peruana, te jode. Pues el hecho ya de decir vayan a verla xke es peruana, ya da lastima, espero ver la pela y sacar mis propias conclusiones.
Esta peli representara a Peru en los Oscares? Solo curiosidad, para una entrada que deseo escribir.
Cualquier idea, es bienvenida. Gracias!
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