miércoles, 28 de diciembre de 2005

King Kong: Un clásico de Peter Jackson


Se estrenó una de las películas más esperadas del año:
King Kong

En esta ocasión, Peter Jackson, conocido por su insuperable obra maestra "El Señor de los Anillos", toma el mando de un personaje conocido por todo el mundo.

Con un presupuesto de 207 millones de dólares y una duración de 3 horas y 7 minutos, King Kong se convierte nuevamente, después de 72 años, en un clásico.

La historia nos lleva de la comedia al drama, de lo real a lo ficticio, de lo creíble a lo increíble. Carl Denham (Jack Black), un director de cine apunto de perderlo todo, encuentra a Ann Darrow (Naomi Watts), una actriz cómica apunto de morirse de hambre a causa de los constantes fracasos que tiene como actriz de teatro. Ella se convierte en la protagonista de la nueva película de Denham, escrita por Jack Driscoll (Adrien Brody), guionista y escritor por el cual Ann siente una gran admiración. Todos el equipo de Carl, acompañados por la tripulación de un barco, viajan a un destino que cambiaría sus vidas.

Al llegar a una isla desconocida, Carl hace todo lo posible por filmar su película, sin saber que en esa isla habitan los seres más extraños y las bestias más temibles. Estas personas olvidadas por el mundo, raptan a Ann y la ofrecen como sacrificio a Kong, un gorila de 8 metros de alto. Todos los que estaban en el barco van en busca de Ann, especialmente Jack, que se había enamorado de Ann durante el viaje.

Pasados los días, Ann se da cuenta que Kong no quiere hacerle daño y más bien quiere ser su amigo. Entonces Ann empieza a sentir un extraño cariño hacia el simio, haciéndose su amiga y preocupándose por lo que puede pasarle cuando pelea con dinosaurios y animales extraños, por ella.

Por otro lado, mientras todos buscan a Ann, Carl tiene un plan que va más allá de hacer una película, quiere capturar a Kong y mostrarlo al mundo como un espectáculo y con eso ganar mucho dinero. Es por ese motivo, que al encontrar a Ann, duermen a Kong y lo llevan a Nueva York para que sea la atracción principal en el show de Carl. El gorila al verse envuelto en este mundo de humanos que lo ven como un fenómeno, rompe sus cadenas y se escapa por la ciudad en busca de la única persona que lo logró entender y que le demostró cariño, Ann. Después de destruir la ciudad, la encuentra y ella teme por la vida del gorila. Kong la lleva a la punta del edificio más alto y ahí la relación entre ellos se vuelve más fuerte y Ann siente pena por lo que va a pasarle al que ahora es su amigo. El ejército y sus aviones quieren matar a Kong, lográndolo justo después de una triste y emotiva despedida entre el gorila y su único amor.

La película de Peter Jackson tiene un ritmo lento y pasivo, teniendo en cuenta que tiene una hora y media más que su versión original de 1933. En un primer momento conocemos a los personajes y cuáles son sus motivaciones, todo lleno de escenas cortas y movimientos de cámara simples. Cuando llegamos al barco todo se torna más oscuro, más denso, más dramático. Ahí conocemos a la tripulación y a lo que se dedica, empezamos a sentir que hay algo extraño, sensación que siempre se da cuando se ve la inmensidad del mar, acompañado de una sensación de soledad que solo te la pueden dar las tomas abiertas y los planos generales.

Cuando llegamos a la isla nos encontramos con unas construcciones enormes y una cantidad increíble de efectos visuales en los animales y en los ambientes creados, todo de la mano con una narración más rápida, más picada, con movimientos de cámara más bruscos y tomas más cerradas, para no dejar de lado las personalidades de los personajes.

El personaje principal es un logro tecnológico que muchos podrían decir que es una perfección. Kong tiene su genialidad en los ojos y en la expresión que logra con ellos. La mirada del gorila tiene tanta carga emotiva que en realidad llegas a sentirte su amigo y a querer que no le pase nada, cuando ya es sabido el destino que le espera.

Las actuaciones se dan como elenco y no como actores o actrices. Naomi Watts maneja muy bien sus tiempos muertos, dado que Kong no le responde, ella hace de sus expresiones y gestos, su única fuente de motivación. Jack Black deja de lado la comedia para hacer un personaje lleno de ambición y además, ser el causante del trágico destino de Kong. Adrien Brody tiene un personaje que si bien es bueno, es el enemigo de Kong, y eso lo hace enemigo de todos.

Peter Jackson dirige como solo lo puede hacer una persona que tiene la experiencia de “El Señor de los Anillos” detrás de él. El dominio de la historia y de los efectos visuales es impecable. Aunque hayan sido efectos que en algún momento se vieron totalmente falsos, cumplen el objetivo de contar una historia llena de acción y emoción como es la de King Kong.

La entrada al cine está totalmente pagada con la secuencia final en Nueva York. El despliegue técnico, creativo y narrativo de esa secuencia, hace de Peter Jackson uno de los mejores directores del momento y un innovador en el arte de hacer cine.

En conclusión, King Kong es una película que vale la pena ver y recordar. No sabemos que nos tenga preparado Peter Jackson para los próximos años, pero seguro será algo extraordinario.

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