Después de esperar tanto tiempo, llegó a las salas del mundo la primera parte del final de Harry Potter. Esta vez, fuera de Hogwarts, Harry, Ron y Hermione van en busca de los pedazos de alma que Voldemort ha dejado en lugares que desconocen.
Al mismo tiempo, el Que No Debe ser Nombrado está cada vez más fuerte y totalmente listo para destruir a Harry en cualquier momento.
La película dirigida por David Yates es una adaptación formidable del libro. Se nota que han intentado mantener el ritmo, el feeling y el desarrollo de las escenas más importantes que leímos hace un par de años.
No hay duda alguna que estas dos partes cierran la aventura que comenzó en el cine hace 10 años, y que termina con una batalla campal entre el bien y el mal, en donde la magia es el factor “divertido” de semejante drama.
La narración es densa, oscura, desbalanceada. El trío protagónico se la pasa “buscando” los horrocruxes, que son los pedazos de alma que Voldemort ha dejado en objetos, que ellos desconocen, pero que tienen que encontrar. Las actuaciones son formidables. Se nota que todos ya conocen a su personaje y se les hace natural estar dentro de ellos. Radcliffe, Grint y Watson son sus personajes de pies a cabeza. Ralph Fiennes es la maldad hecha persona. Si bien es cierto nunca sale mucho, sus escenas son tan memorables como el resto de la cinta. La inserción del personaje de Bill Nighy es impresionante, ya que la presencia de este actor es suficiente para que la escena donde aparezca tenga un nivel impresionante.
La fotografía, los efectos especiales, los detalles, todo se une para darle a esta película 5 estrellas para los fans, y seguramente no menos de 4 para la crítica. Habría además que hacer una mención especial a la fantástica animación que hicieron para contar la historia de las reliquias de la muerte. Simplemente increible.
Espero con ansias y tristeza el final de esta saga... en Julio del 2011 tendremos la oportunidad de ver la segunda y última parte de lo que es la saga cinematográfica más exitosa de la historia.
