La nueva película de Nicolas Cage ya entró a nuestra cartelera, su nombre es “El Vidente”, y es coprotagonizada por Julianne Moore y Jessica Biel.
La película cuenta la historia de Cris Johnson (Cage), un mago de Las Vegas, que tiene la particularidad de saber qué es lo que va a pasar en los siguientes dos minutos, siempre y cuando, él se vea relacionado de alguna manera a los hechos. Este don hace que su trabajo como mago sea exitoso, pero también lo hace víctima de persecuciones por parte de unos terroristas que pretenden cometer un atentado en la ciudad.
Por otro lado, la agente Carrie Ferris (Moore), se esmera por contar con su talento para detener dicho atentado, pero Johnson utiliza su habilidad para evitar ser encontrado por Carrie. Lo único que él busca es la respuesta a una constante imagen que lo persigue, en la que se ve relacionado de alguna manera con una chica (Biel), sin saber cuál es el por qué de sus visiones.
La película llega a mis ojos y a mis oídos, gracias a los trailers que dan en el cine antes de comenzar la película por la que se pagó. Interesante desde el comienzo, porque la historia muestra algo creativo, y además, cuenta con la presencia de Nicolas Cage, un actor por el cual siento respeto.
El éxito de la película está en hacer que el espectador avance junto con la historia y también retroceda con ella, pero sabiendo que consiguió una pista para el desenlace. Esta película, por el tema, nos muestra grandes flash forwards, y después grandes flashbacks, ya que el don que tiene el protagonista, es el motor de acción en toda la película.
Las actuaciones son buenas. Lo primero que sorprende es ver a un Nicolas Cage utilizando el look Robert Langdon, confirmando que los años no han pasado en vano. Su personaje, tranquilo, relajado y muy pasivo en sus acciones, lo hace ideal, ya que Cage siempre ha tenido cara de perro triste, con unas ganas tremendas de llorar.
Julianne Moore personalmente me parece aburrida. Siempre me quejo cuando la veo en la pantalla, porque no tiene carisma de protagonista. Como actriz de reparto sí puede funcionar, y cada vez que la veo, solo recuerdo el momento memorable en que se deshicieron de ella a los pocos minutos en Children of Men (sorpresivo, pero genial).
Para cerrar el trío protagónico, Jessica Biel es la joven actriz que va escalando dentro de las “estrellas” de acción, no necesariamente por su gran talento histriónico, sino porque ha sabido posicionarse y marketearse en un Hollywood necesitado de “caras bonitas”.
Las secuencias de acción están muy bien realizadas, y la sorpresa que siempre se espera para el clímax de las películas, aparece aquí de manera correcta, aunque por ahí alguno dirá que es un poco jalado de los pelos. Yo lo dije, pero no me molestó.
En conclusión, esta película si bien se ha ganado con una cartelera limeña muy pobre, es una buena opción si es que se quiere pasar un buen rato. La entrada está bien pagada, pero la película seguro será olvidada con rapidez. Esperemos que para fin de año, las buenas películas lleguen a salvar un año aburrido y mediocre, cinematográficamente hablando.
La película cuenta la historia de Cris Johnson (Cage), un mago de Las Vegas, que tiene la particularidad de saber qué es lo que va a pasar en los siguientes dos minutos, siempre y cuando, él se vea relacionado de alguna manera a los hechos. Este don hace que su trabajo como mago sea exitoso, pero también lo hace víctima de persecuciones por parte de unos terroristas que pretenden cometer un atentado en la ciudad.
Por otro lado, la agente Carrie Ferris (Moore), se esmera por contar con su talento para detener dicho atentado, pero Johnson utiliza su habilidad para evitar ser encontrado por Carrie. Lo único que él busca es la respuesta a una constante imagen que lo persigue, en la que se ve relacionado de alguna manera con una chica (Biel), sin saber cuál es el por qué de sus visiones.
La película llega a mis ojos y a mis oídos, gracias a los trailers que dan en el cine antes de comenzar la película por la que se pagó. Interesante desde el comienzo, porque la historia muestra algo creativo, y además, cuenta con la presencia de Nicolas Cage, un actor por el cual siento respeto.
El éxito de la película está en hacer que el espectador avance junto con la historia y también retroceda con ella, pero sabiendo que consiguió una pista para el desenlace. Esta película, por el tema, nos muestra grandes flash forwards, y después grandes flashbacks, ya que el don que tiene el protagonista, es el motor de acción en toda la película.
Las actuaciones son buenas. Lo primero que sorprende es ver a un Nicolas Cage utilizando el look Robert Langdon, confirmando que los años no han pasado en vano. Su personaje, tranquilo, relajado y muy pasivo en sus acciones, lo hace ideal, ya que Cage siempre ha tenido cara de perro triste, con unas ganas tremendas de llorar.
Julianne Moore personalmente me parece aburrida. Siempre me quejo cuando la veo en la pantalla, porque no tiene carisma de protagonista. Como actriz de reparto sí puede funcionar, y cada vez que la veo, solo recuerdo el momento memorable en que se deshicieron de ella a los pocos minutos en Children of Men (sorpresivo, pero genial).
Para cerrar el trío protagónico, Jessica Biel es la joven actriz que va escalando dentro de las “estrellas” de acción, no necesariamente por su gran talento histriónico, sino porque ha sabido posicionarse y marketearse en un Hollywood necesitado de “caras bonitas”.
Las secuencias de acción están muy bien realizadas, y la sorpresa que siempre se espera para el clímax de las películas, aparece aquí de manera correcta, aunque por ahí alguno dirá que es un poco jalado de los pelos. Yo lo dije, pero no me molestó.
En conclusión, esta película si bien se ha ganado con una cartelera limeña muy pobre, es una buena opción si es que se quiere pasar un buen rato. La entrada está bien pagada, pero la película seguro será olvidada con rapidez. Esperemos que para fin de año, las buenas películas lleguen a salvar un año aburrido y mediocre, cinematográficamente hablando.